martes, 1 de enero de 2013

¿Y que hacemos con los inmigrantes?


En vísperas de año de nuevo presencie un hecho de racismo que llamo mucho mi atención. Realmente creía que Australia estaba exenta de estas actitudes. La acción quedo grabada en mi cabeza y me gustaría discutirla con uds.

Resulta que me encontraba en una larga fila y con una hora de espera tras unas vallas esperando para entrar a ver los fuegos artificiales que la ciudad de Sydney prepara para despedir el año, cuando un grupo de Australianos empezaron a gritar para que nos abrieran las puertas y nos dejaran pasar. En eso se acerca la gente de seguridad (en su mayoría extranjeros, de origen de árabe y africanos), encargada de custodiar el evento y nos informa que no iban a abrir las puertas debido a que la capacidad del lugar estaba completa. En eso uno de los australianos (de origen claramente anglosajón) se acerca a las vallas e insiste en que lo dejen pasar y comienza a discutir a los gritos con un agente de seguridad.

Hasta aquí era una situación tensa pero entendible. El hecho de discriminación ocurrió cuando el australiano le grita la persona de seguridad “Por qué no te vas a hacer este trabajo a tu país y me dejas pasar?” Con esto se refería a que el tenia derechos a pasar a presenciar el espectáculo y ningún extranjero se lo podía impedir. El empleado de seguridad se puso muy nervioso y le contesto gritando “Australia es mi país”, seguido a eso se escucharon carcajadas y burlas del resto de los anglosajones que presenciaban la discusión. El hecho termina en que el agente de seguridad es asistido y retirado por sus otros compañeros de trabajo ya que había entrado en un ataque de nervios y había sido lastimado (emocionalmente). Un dato curioso, había policías presenciando el hecho y no solo no hicieron nada, sino que también se rieron ante la respuesta del empleado de seguridad.

No hay duda de que el hecho es repudiable, nadie tiene derecho a herir a otra persona de esa manera. Creo que este punto no es discutible, el empleado de seguridad estaba haciendo su trabajo y no tenía por qué ser agredido. Aunque alguien discrepe con la interpretación personal sobre su nacionalidad no hay derecho a atacarlo.

Ahora bien, lo quisiera discutir es sobre las concepción de la migración y las nacionalidades. Si analizamos la tradición liberal, la misma sugiere que todos somos ciudadanos del mundo y que cado individuo tiene derecho a vivir en el país que quisiese sin importar la nacionalidad o religión. O sea, la aldea global, siendo que es ridículo que la tierra cambie de nombre tras una línea imaginaria (las fronteras).

Por otro lado los conservadores sugieren que cada país forjo una serie instituciones (entiéndase costumbres) a través de varias generaciones que identifican a su población y que les da identidad. En este sentido son más reticentes a recibir extranjeros ya que los mismos destruirían (a priori) estas instituciones y así la identidad de un país. Por eso son muy importantes las generaciones que una persona lleva en su país (ya que este es el medio de transmitir y entender estas instituciones)

También están los socialistas, quienes interpretan que la inmigración se debe basar en políticas que apunten al bien común. Así, únicamente si el ingreso de inmigrantes favorece a la sociedad en su conjunto, la apertura migratoria es una buena medida. No importa la situación individual de los inmigrantes. Aquí las personas son medios del “gran diseño” elaborado por estatistas. O en otras palabras una variable más de ajuste.

Creo que las tres posiciones son muy difíciles de rebatir, sobre todo las dos primeras. Personalmente me inclino por la tradición liberal, pero no dejo de reconocer que tanto los socialistas como los conservadores tienen un buen punto. Los liberales tienen la posición claramente más abierta. Permite a los individuos buscar su propia felicidad y creo es la única que tiene en cuenta a los inmigrantes, ya que en las otras posiciones estos están en función de la sociedad que los recibe.

Es cierto que los conservadores tienen derecho a defender sus instituciones y a que los inmigrantes las respeten. Creo que el problema está en el apriorismo, que considera que todos los inmigrantes (de antemano) van a dañar las costumbres forjadas por generaciones. Pero esto es discutible, de nuevo tienen un punto.

Finalmente los socialistas, tal vez extendería la palabra a intervencionistas, Buscan el bienestar común de su población, por eso es que los derechos de los inmigrantes están en función de la situación particular de la sociedad receptora. Así es que pueden favorecer o rechazar la inmigración. (Una típica posición socialista rechaza inmigración porque saca trabajo a los locales)

El problema es que en una sociedad conviven todas estas posiciones (y peor aún, estás pueden convivir en un mismo individuo) y el estado que impulsa estas medidas no representa la totalidad de la misma, muchas veces ni siquiera a la mayoría. Entonces, pregunto. ¿Tiene una sociedad la obligación de aceptar a los inmigrantes que su propio estado se dispone a recibir? 

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