domingo, 20 de enero de 2013

¿Y que hacemos con los inmigrantes? - parte 2

La apreciación de Ignacio me dejó pensando en un concepto que estudié hace algunos años llamado la Teoría Sistémica de las Organizaciones. Básicamente la idea es ver a cualquier conjunto de individuos como un sistema, es decir, partes interconectadas que actúan recíprocamente con relaciones de causa y efecto. Al estudiar un grupo en particular, uno podría asimilarlo a cualquier otro sistema conocido (el cuerpo humano viene rápida y fácilmente como ejemplo) y de inmediato comienzan a surgir parecidos que nos muestran patrones comunes de funcionamiento. Estas similitudes no terminan en la lógica de funcionamiento, sino que aplican también a las fortalezas, debilidades y muchas cualidades en general. Una cualidad generalmente presente en los sistemas es la homeostasis. La homeostasis es la tendencia de un sistema a retomar el equilibrio. Cuando uno altera el orden, las partes buscan nuevamente organizarse y restablecerse. Este "punto de equilibrio" que buscan, no necesariamente debe ser el mismo que existía antes de la disrupción, simplemente debe ser estable y sostenible. Es así que muchos sistemas aprenden luego de sucesivas disrupciones del equilibrio, volviéndose adaptables. Pero qué tan adaptables? Hay ocasiones en que el orden se altera en tal medida que no puede ser restablecido. El cuerpo humano, por ejemplo, puede fácilmente recuperarse algunas enfermedades pero hay otras que superan su ampliamente su capacidad de adaptación.
Como ya vimos las partes integrantes del sistema son perfectamente capaces de vivir en armonía. Las disrupciones generalmente vienen del exterior. Son estímulos provenientes de partes no integrantes del sistema original (lo que no invalida la posibilidad que integren el sistema en un futuro). Si el efecto que provoca el estímulo externo es leve, el sistema podrá fácilmente adaptarse e incorporarlo en la ecuación necesaria para alcanzar nuevamente el equilibrio. Cuando el efecto que provoca este estímulo externo es mayor, el esfuerzo adaptativo será proporcionalmente igual pero generalmente los resultados finales serán los mismos. Sin embargo, en un caso extremo, si el efecto fuera tal que significara una disrupción de magnitud suficiente para superar la capacidad adaptativa del sistema, esto provocará una reacción masiva de rechazo, siendo la única forma de asegurar la supervivencia del sistema (que como toda cosa viviente tiene el objetivo primordial de seguir viviendo).

En un ejemplo más práctico, nuestro cuerpo consta de un delicado balance entre diversas clases de bacterias. Supongamos que una persona se lastima y no trata la herida adecuadamente. Su herida podría ser puerta de entrada para alguna bacteria, es decir, se podría infectar. Esta bacteria vendría a ser un nuevo jugador y alteraría solamente con su existencia el balance. En un caso leve la zona solamente se enrojecería, el sistema inmunológico enviaría glóbulos blancos a través del torrente sanguíneo para contener la infección. Los glóbulos blancos se adaptarían a la bacteria, incluyéndola en su lógica de funcionamiento y/o generando anticuerpos específicos. El equilibrio se restablecería, solamente que ahora el cuerpo "sabría" como tratar un caso similar en el futuro.

Ahora, si la bacteria se reprodujera más rápido, o la herida fuera de un tamaño mucho mayor, en fin si el estímulo excediera la capacidad de respuesta del sistema inmunológico esto llamaría a medidas más drásticas. Inicialmente, concentraría los glóbulos blancos en la zona en cuestión para intentar crear una barrear. Luego, el cuerpo en su conjunto elevaría su temperatura para crear un escenario menos propicio para el agente externo. Si el estímulo externo cede, se podrá retomar el equilibrio. Caso contrario, no habrá equilibrio que retomar.

Este ejemplo se utiliza mucho a la hora de analizar los cambios culturales en las empresas. Cuánto cambio puede soportar una organización en un momento dado? En qué medida se puede influir una cultura antes de llegar a reemplazarla o destruirla?

Lo mismo sucede con los países, especialmente con países abiertos a la inmigración como puede ser Australia. Desde mi llegada pude observar un nivel de apertura muy grande para con las otras culturas. Australia, particularmente New South Wales, especialmente Sydney debe ser uno de los lugares más multiculturales del planeta. Es asombroso como personas de diversas partes del mundo pueden coexistir manteniendo intactas la mayoría de sus costumbres sin ningún tipo de llamado social a "homogeneizarse". Alguna vez conversando con Ignacio llegamos a la conclusión que USA recibe a los inmigrantes para que vivan "el sueño americano" mientras que Australia los recibe tal cual son para que vengan a hacer realidad sus sueños.

Con la Teoría Sistémica de las Organizaciones en la cabeza no pude evitar preguntarme cuál es el límite de la capacidad adaptativa de esta cultura. Un país que viene aceptando inmigrantes en forma creciente desde hace algo más de 30 años, cuánto tiempo más puede continuar de esa forma sin perder su identidad?

El caso es quizá un poco más complejo, porque los análisis indican que Australia necesita la inmigración para continuar su crecimiento. Australia carece actualmente de la totalidad de trabajadores que necesitará en los próximos años. El inmigrante no solo viene a agregar un jugador a la ecuación de equilibrio sino que es una pieza fundamental en el equilibrio que se busca obtener.

Lo que busco expresar es que es entendible que, como sistema, una sociedad muestre casos aislados de rechazo ante un intercambio cada vez más frecuente y numeroso con agentes externos. Se trata simplemente de la respuesta inicial de ciertas partes del sistema ante la posibilidad que el estímulo externo sobrepase la capacidad de adaptación (si no del sistema en su conjunto, al menos de esas partes en cuestión). Es asombroso que un sistema pueda absorber la cantidad de estímulos externos tal y como lo viene haciendo Australia en las últimas décadas y todavía seguir abierto a ellos.

martes, 1 de enero de 2013

¿Y que hacemos con los inmigrantes?


En vísperas de año de nuevo presencie un hecho de racismo que llamo mucho mi atención. Realmente creía que Australia estaba exenta de estas actitudes. La acción quedo grabada en mi cabeza y me gustaría discutirla con uds.

Resulta que me encontraba en una larga fila y con una hora de espera tras unas vallas esperando para entrar a ver los fuegos artificiales que la ciudad de Sydney prepara para despedir el año, cuando un grupo de Australianos empezaron a gritar para que nos abrieran las puertas y nos dejaran pasar. En eso se acerca la gente de seguridad (en su mayoría extranjeros, de origen de árabe y africanos), encargada de custodiar el evento y nos informa que no iban a abrir las puertas debido a que la capacidad del lugar estaba completa. En eso uno de los australianos (de origen claramente anglosajón) se acerca a las vallas e insiste en que lo dejen pasar y comienza a discutir a los gritos con un agente de seguridad.

Hasta aquí era una situación tensa pero entendible. El hecho de discriminación ocurrió cuando el australiano le grita la persona de seguridad “Por qué no te vas a hacer este trabajo a tu país y me dejas pasar?” Con esto se refería a que el tenia derechos a pasar a presenciar el espectáculo y ningún extranjero se lo podía impedir. El empleado de seguridad se puso muy nervioso y le contesto gritando “Australia es mi país”, seguido a eso se escucharon carcajadas y burlas del resto de los anglosajones que presenciaban la discusión. El hecho termina en que el agente de seguridad es asistido y retirado por sus otros compañeros de trabajo ya que había entrado en un ataque de nervios y había sido lastimado (emocionalmente). Un dato curioso, había policías presenciando el hecho y no solo no hicieron nada, sino que también se rieron ante la respuesta del empleado de seguridad.

No hay duda de que el hecho es repudiable, nadie tiene derecho a herir a otra persona de esa manera. Creo que este punto no es discutible, el empleado de seguridad estaba haciendo su trabajo y no tenía por qué ser agredido. Aunque alguien discrepe con la interpretación personal sobre su nacionalidad no hay derecho a atacarlo.

Ahora bien, lo quisiera discutir es sobre las concepción de la migración y las nacionalidades. Si analizamos la tradición liberal, la misma sugiere que todos somos ciudadanos del mundo y que cado individuo tiene derecho a vivir en el país que quisiese sin importar la nacionalidad o religión. O sea, la aldea global, siendo que es ridículo que la tierra cambie de nombre tras una línea imaginaria (las fronteras).

Por otro lado los conservadores sugieren que cada país forjo una serie instituciones (entiéndase costumbres) a través de varias generaciones que identifican a su población y que les da identidad. En este sentido son más reticentes a recibir extranjeros ya que los mismos destruirían (a priori) estas instituciones y así la identidad de un país. Por eso son muy importantes las generaciones que una persona lleva en su país (ya que este es el medio de transmitir y entender estas instituciones)

También están los socialistas, quienes interpretan que la inmigración se debe basar en políticas que apunten al bien común. Así, únicamente si el ingreso de inmigrantes favorece a la sociedad en su conjunto, la apertura migratoria es una buena medida. No importa la situación individual de los inmigrantes. Aquí las personas son medios del “gran diseño” elaborado por estatistas. O en otras palabras una variable más de ajuste.

Creo que las tres posiciones son muy difíciles de rebatir, sobre todo las dos primeras. Personalmente me inclino por la tradición liberal, pero no dejo de reconocer que tanto los socialistas como los conservadores tienen un buen punto. Los liberales tienen la posición claramente más abierta. Permite a los individuos buscar su propia felicidad y creo es la única que tiene en cuenta a los inmigrantes, ya que en las otras posiciones estos están en función de la sociedad que los recibe.

Es cierto que los conservadores tienen derecho a defender sus instituciones y a que los inmigrantes las respeten. Creo que el problema está en el apriorismo, que considera que todos los inmigrantes (de antemano) van a dañar las costumbres forjadas por generaciones. Pero esto es discutible, de nuevo tienen un punto.

Finalmente los socialistas, tal vez extendería la palabra a intervencionistas, Buscan el bienestar común de su población, por eso es que los derechos de los inmigrantes están en función de la situación particular de la sociedad receptora. Así es que pueden favorecer o rechazar la inmigración. (Una típica posición socialista rechaza inmigración porque saca trabajo a los locales)

El problema es que en una sociedad conviven todas estas posiciones (y peor aún, estás pueden convivir en un mismo individuo) y el estado que impulsa estas medidas no representa la totalidad de la misma, muchas veces ni siquiera a la mayoría. Entonces, pregunto. ¿Tiene una sociedad la obligación de aceptar a los inmigrantes que su propio estado se dispone a recibir? 

POEMA CONJETURAL


El doctor Francisco Laprida, asesinado el día 22 de setiembre de 1829 por los montoneros de Aldao, piensa antes de morir:

Zumban las balas en la tarde última.
Hay viento y hay cenizas en el viento,
se dispersan el día y la batalla
deforme, y la victoria es de los otros.
Vencen los bárbaros, los gauchos vencen.

Yo, que estudié las leyes y los cánones,
yo, Francisco Narciso de Laprida,
cuya voz declaró la independencia
de estas crueles provincias, derrotado,
de sangre y de sudor manchado el rostro,
sin esperanza ni temor, perdido,
huyo hacia el Sur por arrabales últimos.

Como aquel capitán del Purgatorio
que, huyendo a pie y ensangrentando el llano,
fue cegado y tumbado por la muerte
donde un oscuro río pierde el nombre,
así habré de caer. Hoy es el término.

La noche lateral de los pantanos
me acecha y me demora. Oigo los cascos
de mi caliente muerte que me busca
con jinetes, con belfos y con lanzas.
Yo que anhelé ser otro, ser un hombre
de sentencias, de libros, de dictámenes
a cielo abierto yaceré entre ciénagas;
pero me endiosa el pecho inexplicable
un júbilo secreto. Al fin me encuentro
con mi destino sudamericano.

A esta ruinosa tarde me llevaba
el laberinto múltiple de pasos
que mis días tejieron desde un día
de la niñez. Al fin he descubierto
la recóndita clave de mis años,
la suerte de Francisco de Laprida,
la letra que faltaba, la perfecta
forma que supo Dios desde el principio.
En el espejo de esta noche alcanzo
mi insospechado rostro eterno. El círculo
se va a cerrar. Yo aguardo que así sea.

Pisan mis pies la sombra de las lanzas
que me buscan. Las befas de mi muerte,
los jinetes, las crines, los caballos,
se ciernen sobre mí... Ya el primer golpe,
ya el duro hierro que me raja el pecho,
el íntimo cuchillo en la garganta.

Jorge Luis Borges, 1943