lunes, 19 de agosto de 2013

El consumo, una ilusión económica en tiempos de crisis

Mucho se está hablando del consumo en los últimos tiempos en la Argentina. Se dice que los comercios están llenos de gente, que en los feriados el turismo agota la capacidad hotelera y que los gastos realizados superan a los feriados anteriores, que la gente ahora puede comprar televisores LCD, etc. La lista es larga y podría poner mucho ejemplos más, pero lo importante es señalar que estas ideas lo que generan es una sensación de bienestar económico. Es fácil pensar que, si los comercios desbordan de clientes y los argentinos gastan mucho en turismo, la economía del país marcha bien, está creciendo y hay trabajo. Pero veremos que estos indicadores populares de consumo no necesariamente reflejan una expansión económica, sino todo lo contrario: son señales de alarma (en el caso de nuestro país). Comencemos con los siguientes conceptos: consumo, ahorro y atesoramiento. El primero de los términos, consumo, se refiere a la parte del ingreso que un individuo destina a la adquisición de bienes  y servicios.  El ahorro es la otra parte del ingreso que un individuo no consume pero que invierte buscando una renta, el plazo fijo es un ejemplo. La parte del ingreso que mantiene en efectivo o “debajo del colchón” se llama atesoramiento y no genera ninguna renta. Es muy importante diferenciar entre ahorro y atesoramiento, porque el primero al invertirse entra en el sistema productivo del país, esto significa que permite financiar las inversiones de otros individuos. Así, el dinero depositado en un plazo fijo es utilizado por el banco para prestarlo a otro individuo que busca financiar sus proyectos.  Entonces cuanto mayor sea el nivel de ahorro, más dinero habrá para financiar inversiones.  Por otro lado el atesoramiento no permite el financiamiento de otros individuos ya que el dinero no está en el sistema. El otro aspecto importante a resaltar sobre estos tres conceptos es que, cuanto mayor es el consumo, menor es el ahorro. El último concepto fundamental que es necesario entender es el de los bienes de capital, que son aquellos bienes que no se destinan al consumo final, sino a procesos productivos, ya sea como materia prima o como bienes intermedios del proceso. Pueden ser metales, maquinarias, tornillos, etc. Lo importante de estos bienes es que generan trabajo, porque se necesita gente para convertirlos en bienes de consumo.
Ahora ya podemos comenzar a analizar el crecimiento de la economía de un país en función del consumo y del ahorro. La creencia popular dice que si la gente compra, gasta o consume, la economía está bien, está creciendo. Pero analicemos cómo crecen las economías. Si bien hay muchas formas de medir el crecimiento económico, la realidad es que una economía crece cuando aumentan los bienes de capital en la misma, o sea cuando hay más bienes de producción (cuando aumentan las maquinarias en una fábrica, el stock ganadero en un campo, etc.).  Ahora, ¿cómo se generan estos bienes de capital? Se los puede producir o comprar, pero como sea, para ello se necesita dinero y justamente ese dinero sale del ahorro previamente hecho. Recordemos que al aumentar los bienes de capital aumenta también el empleo. Por otro lado, con éstos se producen bienes de consumo (después de un largo proceso de producción de varias etapas) y al aumentar el stock de los mismos los precios caen y los salarios reales (la cantidad de bienes que se pueden comprar con un salario) suben. Los bienes de lujo se vuelven más accesibles y en general el nivel de vida de población aumenta. Pero, ¿qué ocurre si un país consume todo su ingreso y no ahorra (o ahorra muy poco)? Ocurre que no hay dinero para prestar, las tasas de interés son muy altas y por lo tanto las inversiones caen y la economía no crece. En realidad existe otra opción, que es que los bienes de capital se financien con inversión extranjera (que en realidad es el dinero ahorrado por los habitantes de otro país y que un individuo tomó prestado y lo invierte en la Argentina). En general las economías se financian de ambas formas, pero si un país no ahorra es muy difícil que haya crecimiento económico.  Hay que tener en claro que para que una economía crezca se necesita ahorro: a mayor nivel de ahorro hay más cantidad de dinero para prestar, esto hace que caiga la tasa de interés y que el financiamiento para las inversiones sea más barato. Con lo cual aumentan las inversiones y así los bienes de capital.
Veamos ahora cómo se genera el ahorro y su relación con el consumo. En una sociedad no intervenida por el Estado (o muy poco intervenida) se va buscando un equilibrio entre ahorro y consumo. En realidad, una parte de los individuos ahorra y otra consume, y luego las partes se van alternando. Esto básicamente depende de las preferencias temporales de los individuos. Sin entrar en definiciones económicas, aquellas personas que valoren más el dinero en el presente para gastarlo (sea por el motivo que fuere) serán los consumidores y aquellas otras que no lo valoren tanto en el presente, sino que prefieran ahorrarlo para utilizarlo en el futuro (a cambio de un interés), serán los que generen el ahorro que se utilizará para las inversiones. Por supuesto, estas preferencias temporales cambian con el tiempo, y de esta forma las sociedades mantienen un equilibrio entre ahorro y consumo.  Es importante destacar que si se estimula arbitrariamente la demanda presente de bienes de consumo al mismo tiempo se está desalentando el ahorro, y por el ende la inversión de bienes de capital que generarían un aumento futuro de los bienes de consumo. En resumen, cada vez que el estado rompe el equilibrio de la sociedad entre consumo y ahorro volcando a la misma hacia el consumo, está destruyendo las inversiones en bienes de capital. En nuestro país el nivel de consumo es muy alto, los argentinos estamos gastando casi la totalidad de nuestro ingreso y destinando nada o casi nada al ahorro.  Esto se puede ver claramente ver en los altísimos niveles de intereses que se cobran en los créditos bancarios en nuestro país. Si hubiese dinero en los bancos, producto del ahorro de la población, los intereses serí0an bajos. Entonces podemos concluir que actualmente no hay inversión en la Argentina, y por lo tanto la economía no puede estar creciendo. Si a esto le sumamos la inflación y la falta de capitales extranjeros (que disminuye con los años) podemos ver que no sólo la Argentina no está creciendo sino que se está empobreciendo. 
Veamos ahora los efectos de la falta de ahorro de un país a nivel individual y su relación con el consumo. Normalmente, en cualquier país desarrollado, una persona que comienza a trabajar, con un sueldo promedio, tiene como objetivo a mediano o largo plazo poder comprar una casa o un departamento propio. Esto lo hace mediante el ahorro, el atesoramiento y el crédito. O sea, gasta de su ingreso una porción para vivir y el resto lo invierte (ahorro) o guarda en efectivo (atesoramiento). Una vez que logra alcanzar una buena “base de dinero” va a un banco a pedir un préstamo. Así finalmente compra su vivienda. Por supuesto hay muchísimas herramientas financieras en el mundo para obtener financiamiento, como el leasing, pero a grandes rasgos esta es la forma en que los jóvenes adquieren una vivienda. ¿Qué le ocurre a un argentino de 30 años con un sueldo promedio? Este se encuentra en una disyuntiva. Al ser el interés de los créditos tan altos (justamente porque no hay ahorro) es muy difícil endeudarse con el banco. Con lo cual queda acceder a la vivienda mediante el ahorro personal o el atesoramiento o con la ayuda de un tercero, ejemplo, los padres. Vemos entonces que es casi imposible acceder a una vivienda para un trabajador con un sueldo promedio. Se estima que un joven profesional deberá destinar 74 sueldos (promedios, de AR$ 5600) para adquirir su primer hogar y suponiendo que no consumiría nada de su ingreso y lo atesoraría todo, cuestión que es imposible ya que tiene que vivir.
Sabiendo que el acceso a la vivienda es casi imposible y por lo tanto no teniendo posibilidades de ahorro a mediano y corto plazo (ya que si no se puede alcanzar una casa, menos todavía se puede invertir en bienes de capital), los argentinos nos dedicamos a gastar en lugar de ahorrar. Así se explica, a grandes rasgos, el alto nivel de consumo de la Argentina.  La cuestión se complica un poco más, ya que por un lado la inflación, que disminuye el poder adquisitivo del sueldo, y por el otro el cepo al dólar y los paquetes que incentivan el consumo por parte del gobierno, hacen que nos alejemos cada vez más del ahorro y nos volquemos compulsivamente a consumir. Ya que si no compramos el televisor hoy, dentro un mes saldrá unos cuantos pesos más. Alguien podría decir que esto es bueno, ya que los argentinos están adquiriendo bienes, con lo cual se capitalizan. Pero esto no es correcto, ya que estos bienes de consumo se deprecian muy rápidamente por el avance de la tecnología. Con lo cual podemos ver que al consumir este tipo de bienes, los argentinos nos estamos descapitalizando con el paso del tiempo. En otras palabras, nos estamos empobreciendo.  

Bien, ahora entendemos por qué la Argentina está tan volcada al consumo. Pero entonces ¿el consumo es malo? No, es solamente una cara de la moneda que hay que analizar siempre conjuntamente con el ahorro. Lo que ocurre es que el consumo funciona como una “ilusión económica” ya que el comercio se mueve activamente y esto lleva a pensar que la economía está sana y creciendo. Ahora sabemos cuál es la realidad del consumo en nuestro país. No es debido a un crecimiento económico, sino fruto del gasto (desahorro) casi total de los ingresos de los argentinos. 

Why isn't libertarianism more popular?

Dejo este post, que fue mi primer publicacion en el extranjero. Esto es le journal Peace, Prosperity and Freedom de Melbourne, Australia:
http://jppfaustralia.weebly.com/1/post/2013/08/why-isnt-libertarianism-more-popular.html

Why is the philosophy of liberalism not accepted in the Latin American countries, or indeed in general? Much Marxist analysis of this question suggests that libertarian ideas have nothing to offer to people under poverty conditions, and that paternalist systems are the only solution to generate relief for this sector of the population. Therefore, these writers suggest, the ideas of a welfare state naturally tend to be the most popular ones.

However there is an alternative explanation for the rejection of liberalism – defined here as a political paradigm that prioritises free markets, low taxes, small government and peaceful international relations – which utilises the psychological concepts of immediate anddelayed gratification.  It has been said that men instinctively tend to satisfy their immediate needs, in this way shifting emphasis away from delay of gratification. The latter requires the capacity to control one’s will and thus sacrifice to satisfy the needs of the long-term rather than the short term (Goldman, 2000)
.

Economics has developed a theory of time preference and opportunity cost (Menger, 1871)
, but economics fails to explain why these time preferences can be lower or higher in the short or long run. On the other hand, the theory of immediate and delayed gratification can easily provide an explanation for why an individual who has been exposed to a long period of consecutive crises delaying his basic needs, would like to immediately satisfy them. It is not expected that this individual could restrain his will in order to satisfy long term needs.

It is in those moments when man is overwhelmed by impulse that man becomes vulnerable to the implantation of ideas. Thus, when men face a situation that seemingly requires a quick solution, human will becomes weak and tends to succumb to a great deal of harmful, but immediately visible, ideas. On the contrary, men tend to reject in such situations any idea that postpones gratification, even though, in the long run, the final outcome would be better.
LIBERALISM AND LATIN AMERICA

Recent history of central and South American countries is based on successive crises. It is understandable, then, that most people in these countries opt for immediate solutions. Liberalism does not offer quick exits to deep crises; as many practitioners of Austrian economics have pointed out with reference to the Global Financial Crisis of 2007/2008, there is a period of painful adjustment when malinvestments must be liquidated, and when unprofitable firms must go bust. Similarly, the results of turning toward an open economy would take too long to materialize; since the necessary changes are structural in nature.

The second reason, related to the timing of change, is the magnitude of the changes that will need to be undertaken. In order to move toward a market economy, government spending should be controlled and reduced, subsidies and protection should be removed once and for all. These changes would allow markets to take back control of the economy and thus reorganize in order to turn each Latin American nation towards more efficiency.  But of course, this transition would leave many people momentarily unemployed until markets are restructured and labour demand arises in the new and natural industries where each country has its own comparative advantage. Now we face a clear problem: there is not a single politician that would want to carry out such reforms knowing that the fruits would hardly be seen in their presidential term and in
those years their popularity would traverse very low levels.

History also shows us that Latin American people have generally chosen the faster solutions to economic issues. Thus in 1990 Peru was about to turn its economy to a market one, but the Vargas Llosa austerity plan frightened most poor people and Peru continued with Fujimoris authoritarian and paternalist government (Gouge, 2007)
.  Another example is Argentina, which could have solved most of its economic problems by cutting the government deficit caused by excessive spending, but instead chose to devalue its currency in order to continue its spending (Lazzari, 2003). The most remarkable example is Venezuela; in 1998 Irene Zaes could have been elected president and turned the country toward liberalism, but Venezuelans were not ready to face these changes and chose Chavez instead. Summarizing, libertarian ideas in Latin American could never defeat paternalism when faced with crisis conditions.

PATERNALISTIC SYSTEMS

Paternalistic systems manipulate the immediate needs of the population to achieve high levels of loyalty among the people. Politicians know they have to find immediate solutions to win elections, since short-term measures may have their peak of ‘success’ during the same term of its implementation; the long-term negative consequences can be dealt with later. Such is the case of Carlos Menem in Argentina during the 1990’s, when his short term decision to fix the nominal exchange rate later contributed to a financial crisis in 2001. Paternalist decisions fail in the long-run and finally another candidate comes offering immediate gratification to people, wins the election and thus the cycle continues again.

So liberalism faces a great challenge in this region of world, as in other regions of the world, and it is an unfair challenge because paternalist policies do not respect individual rights as liberalism does. Paternalism permits satisfaction of urgent needs through redistribution of property, but liberalism does not. Liberalism in contrast, offers a gradual and sustained wealth creation, going through a period of restructuring that will require adjustment and sacrifices. In other words, it offers long term or deferred gratification which, for the moment, people are not willing to accept.

A question for future research in this area would address whether the problem lies in the minds of a people that seek to satisfy their immediate gratification, or whether liberty ideas should find a way to provide solutions to immediate needs in order to achieve high levels of acceptance in this region of the world.
 

References:
 ·       
Goldman, D (2000). Inteligencia Emocional, Vergara, Mexico.
       
Gouge, T (2003). Exodus from Capitalism:The End of Inflation and Debt.
      
Jones, B (2007). Hugo! The Hugo Chávez Story from Mud Hut to Perpetual Revolution. Hanover, New Hampshire
·       
Lazzari, G (2003).Apuntes sobre la caída de la economía Argentina. ESEADE, Buenos Aires.
 ·       
Menger, C (2012).Principios de economía Unión Editorial, Madrid.

martes, 9 de julio de 2013

La medicación

Había una vez un paciente muy enfermo. Su condición no hacía más que empeorar con el tiempo y ya había perdido toda esperanza de recuperación. Cuando estaba casi a punto de darse por vencido, un amigo le habló de un médico que podía tratarlo con una nueva medicina que prometía resultados maravillosos.

El paciente juntó fuerza y fue a ver al nuevo médico. Este lo examinó y sin tardar demasiado dijo que podía curarlo. Muchos médicos habían hecho la misma promesa en el pasado y el paciente ya estaba harto de creer, sin embargo había una cierta mística que envolvía las palabras y el modo de expresarse de este nuevo médico. Se sintió inclinado a confiar y depositó en el profesional sus últimas esperanzas. 

Un día, algunos años después, el paciente llamó a su amigo y le pidió que lo acompañara nuevamente a ver al médico. Esto sorprendió al amigo, ya que desde aquella primera vez, había oído menos sobre la enfermedad de su compadre y eso lo había llevado a suponer de su mejoría. El paciente tranquilizó a su amigo y le indicó que esta vez era para festejar!

Cuando llegaron juntos al consultorio, lo encontraron decorado como para una fiesta. Tanto el médico, como su equipo de trabajo estaban muy sonrientes y vestidos para la ocasión. No tenían idea de que se trataba la reunión pero sin duda tanto festejo solamente podía significar que el paciente estaba curado!

El médico saludó al paciente y a su amigo y los invitó a tomar asiento. Con pomposa ceremonia les hizo un raconto de la historia clínica del paciente y los obstáculos que había encontrado al intentar enfrentar su condición anteriormente. Destacó lo afortunado que había sido el paciente al tener oportunidad de iniciar el avanzado tratamiento que le había prescripto. Luego de la larga introducción, anunció que tenía los resultados de los últimos exámenes del paciente. Para estas alturas ya todos se habían dejado llevar por el clima de algarabía y estaban esperando que el médico anunciara la tan esperada noticia para alzar su copa y festejar!

Cuando los resultados se leyeron en voz alta, el amigo no podía creer lo que estaba sucediendo. La condición del paciente no se había revertido. En cambio, el prolongado tratamiento había provocado que el paciente desarrollara una tolerancia a la medicina y a partir de ese momento habría que incrementar la dosis. El médico acababa de informar, entre fanfarrias, el porcentaje de incremento que recibiría la dosis a partir de ese momento.

Mientras el paciente y sobre todo el médico acompañado de su equipo festejaban, el amigo se quedó quieto sin entender lo que estaba sucediendo. No veía motivo alguno de alegría. Sintió que era el único capaz de observar objetivamente la situación. El paciente estaba en la misma situación que aquel día en que lo había acompañado al consultorio por primera vez. Solamente algo había cambiado, ahora dependía de la medicina que el médico le administraba y esta dependencia era tan grande que cada vez necesitaría más y más.   

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La presente pretende ser (o al menos servir de disparador para) una reflexión sobre el real efecto que tienen los subsidios como Planes Trabajar o la Asignación Universal por Hijo en la situación económica y social de la población. Si bien algunos pueden tener opiniones a favor de estas políticas y otros en contra, es importante dejar en claro que una medida sintomática nunca traerá la solución al problema de fondo.

Es válido como estrategia ganar tiempo actuando sobre el síntoma, pero sólo si paralelamente se ataca a la causa subyacente del problema. Caso contrario, cuando la homeostasis entre en acción nos llevará nuevamente a la situación inicial. 

martes, 26 de marzo de 2013

Un poco de macro Austriaca


Por Ignacio N. Clancy
(Aclaración: el siguiente no es un artículo original del autor, sino un resumen compilado de los tres textos mencionados en las referencias bibliográficas)

¿Por qué existen ciclos económicos?, ¿cómo se forman las burbujas económicas? Son preguntas que la macroeconomía se encarga de estudiar y supuestamente de contestar. En este sentido vamos a presentar brevemente la teoría de los ciclos (económicos) Austriaca para poder contestar estas preguntas.

En general tiende a culparse al libre mercado por la expansión de los ciclos económicos y sus consecuentes crisis y depresiones. Ocurre que Marx veía que antes de la Revolución Industrial, aproximadamente en el siglo XVIII, no había repetición regular de auges y depresiones. Si había alguna crisis esporádica cada vez que algún rey entraba en guerra con otro, pero en general eran excepciones. Entonces como estos ciclos también aparecieron en escena aproximadamente al mismo tiempo que la industria moderna, Marx concluía que los ciclos económicos eran una característica propia de la economía capitalista de mercado. Más aun, intuyo que las crisis empeorarían con el tiempo hasta que las masas se rebelaran contra el sistema.  Por otro lado los economistas modernos (en especial Monetaristas y Keynesianos) aceptan esta teoría impuesta por Marx, pero con la salvedad de que creen poder controlar los ciclos a través de la intervención pública, aunque claro, con deferentes medidas. En resumen consideran a la economía como un trade off entre inflación y desempleo. Pero no vamos a analizar esas escuelas en este artículo (lo haremos en otros siguientes)
Volviendo a Marx sus conclusiones estaban bastante acertadas excepto por el hecho que no noto que con la revolución industrial aparecieron otras instituciones, los bancos.  Recordemos que ya existía el Banco de Inglaterra, que fue fundado el 27 de julio de 1694. Es cierto que era un banco privado, pero la corona lo obligo a otorgar préstamos a ella misma a cambio del monopolio de emisión monetaria. Pero Ahora además, con la revolución industrial aparecerían bancos comerciales.
La teoría de los ciclos austriaca teoría empezó con el filósofo y economista escocés del siglo XVIII, David Hume y con el eminente economista clásico inglés del siglo XIX, David Ricardo. Pero fue Ludwig Von Mises quien la desarrollo y perfecciono a los niveles que hoy la conocemos.
Las monedas naturales que aparecen como tales en el mundo del libre mercado son materiales útiles, generalmente oro y plata. Si el dinero se limitara sencillamente a estos materiales, la economía funcionaría en su totalidad como lo hace en los mercados concretos: un ajuste suave de oferta y demanda y por tanto sin ciclos de auge y declive. Pero la inyección de crédito bancario añade otro elemento crucial y perturbador, los bancos expanden el crédito y por tanto el dinero bancario en forma de billetes o depósitos que son teóricamente redimibles a la vista en oro. Pero problema comienza con el encaje fraccionario, así por ejemplo si un banco tiene 1.000 onzas de oro en sus arcas y emite recibos de depósito redimibles inmediatamente por 2.500 onzas de oro, entonces está claro que ha emitido 1.500 onzas más de las que puede redimir. Pero mientras no haya una “corrida” concertada en el banco a reclamar esos recibos, sus recibos de depósito en el mercado funcionan como equivalentes al oro y por tanto el banco ha sido capaz de expandir la oferta monetaria del país en 1.500 onzas de oro.
Así, los bancos empiezan a expandir alegremente el crédito, pues cuanto más lo expandan, mayores serán sus beneficios. Esto genera la expansión de la oferta monetaria dentro de un país, digamos Inglaterra. Al aumentar la oferta de papel moneda y dinero bancario, aumentan las rentas y gastos monetarios de los ingleses y el aumento del dinero empuja al alza los precios de los bienes ingleses. El resultado es inflación y un auge dentro del país. Pero este auge inflacionista, mientras sigue su alegre camino, muestra las semillas de su propia desaparición ya que al aumentar la oferta y las rentas monetarias los ingleses proceden a comprar más bienes del exterior. Además, al aumentar sus precios, los bienes ingleses empiezan a perder su competitividad respecto de los productos de otros países sin inflación o con inflación en menor grado. Los ingleses empiezan a comprar menos en el interior y más en el exterior, mientras que los extranjeros compran menos en Inglaterra y más en su nación; el resultado es un déficit en la balanza inglesa de pagos, con las exportaciones inglesas cayendo abruptamente por debajo de las importaciones. Pero si las importaciones exceden a las exportaciones, esto significa que el dinero debe fluir de Inglaterra a otros países y no será precisamente los billetes emitidos lo que fluya al exterior sino que el oro será el tipo de dinero que tenderá a fluir persistentemente fuera del país al seguir adelante la inflación inglesa ya que los extranjeros tomaran esos billetes y los convertirán en oro para llevarlos a sus respectivos países. Esto significa que el dinero crediticio bancario inglés estará cada vez más acumulado sobre una base de oro en disminución en las arcas bancarias inglesas ya que Al proseguir el auge, nuestro hipotético banco expandiría sus recibos de depósito, digamos 2.500 onzas a 4.000 onzas, mientras que su base en oro disminuye hasta, digamos, 800 onzas. Al intensificarse este proceso, los bancos acabarán asustándose. Pues los bancos, después de todo, están obligados a redimir sus pasivos en efectivo y su efectivo está saliendo rápidamente mientras se acumulan sus pasivos. Así que los bancos acabarán deteniendo su expansión crediticia y, para salvarse, contraerán los préstamos bancarios existentes. A menudo esta retirada se precipita con corridas bancaria de bancarrota disparadas por el público, que se ha ido poniendo también cada vez más nervioso acerca de las condición cada vez más inestable de los bancos de la nación.
Así comienza la segunda parte del ciclo, la contracción. Los bancos pasan a la defensiva y las empresas sufren al aumentar la presión para la liquidación de deudas y la contracción. La caída en la oferta de dinero bancario, lleva a su vez a una caída general en los precios ingleses. Al caer la oferta monetarias y las rentas desmoronarse, los precios ingleses caen, los bienes ingleses se hacen relativamente más atractivos en términos de productos extranjeros y la balanza de pagos se invierte, con las exportaciones superando a las importaciones. Al fluir oro al país y como el dinero bancario se contrae en lo alto de una base de oro en expansión, la condición de los bancos se hace mucho más sólida.
Entonces podemos ver que la depresión es el proceso de saneamiento de la economía, donde los mercados ajustan y eliminas excesos y distorsiones generados por el auge inflacionista y restablece una condición económica sólida. Así los bancos comienzan otra nueva fase expansiva y el ciclo se inicia nuevamente.
¿Pero esto culpa de los bancos? No, en primer lugar, nunca serían capaces de expandir el crédito concertadamente si no fuera por la intervención y estímulo del gobierno. Ya que si los bancos fueran verdaderamente competitivos, cualquier expansión del crédito por parte de un banco acumularía rápidamente las deudas de ese banco en sus competidores y éstos reclamarían inmediatamente al banco en expansión la redención en efectivo. En resumen, los rivales de un banco reclamará la redención en oro o efectivo de la misma forma que harían los extranjeros, excepto que el proceso sería mucho más rápido y cortaría de raíz cualquier inflación incipiente antes de que empezara. Los bancos solo pueden expandirse cómodamente al unísono cuando existe un banco central, esencialmente un banco público, que disfrute de un monopolio de los negocios públicos y de una posición privilegiada impuesta por el gobierno sobre todo el sistema bancario. Solo cuando se estableció la banca centralizada los bancos fueron capaces de expandirse en cualquier momento y el conocido ciclo económico se puso en marcha en el mundo moderno.

Bien hasta aquí es una forma simple de mostrar cómo funcionan el sistema financiero y la expansión del crédito pero ¿Qué efectos económicos concretos trae esta expansión crediticia orquestada?


Un poco de Macro
Sin la expansión bancaria del crédito, la oferta y la demanda tienden a equilibrarse a través del sistema de precios libres y no pueden producirse auges y declives acumulados. Pero ocurre que el gobierno estimula la expansión del crédito bancario a través de su banco central expandiendo los pasivos bancarios y por tanto las reservas de efectivo de todos los bancos comerciales de la nación. Los bancos proceden luego a expandir el crédito y por tanto la oferta monetaria de la nación en forma de cuentas corrientes. Esta expansión del dinero bancario lleva al alza los precios de los bienes y por tanto causa inflación. Pero Mises demostró que hace algo más La expansión del crédito bancario, al generar nuevos fondos prestados en el mundo de los negocios, baja artificialmente el tipo de interés en la economía por debajo de su nivel del libre mercado.
En un mercado libre no intervenido, el tipo de interés se determina puramente por las “preferencias temporales” de todos los individuos que constituyen la economía de mercado. La esencia de un préstamo es que un “bien presente” (dinero que puede usarse en el presente) se intercambia por un “bien futuro” (un pagaré que solo pueda usarse en algún momento futuro). Como la gente siempre prefiere dinero ahora a la perspectiva de tener la misma cantidad en el futuro, el bien presente siempre tiene una prima en el mercado respecto del futuro. Esta prima es el tipo de interés y su nivel variará de acuerdo con el grado en que la gente prefiera lo presente a lo futuro, es decir, el nivel de sus preferencias temporales.
Las preferencias temporales de la gente también determinan el grado en que la gente ahorrará e invertirá, comparado con cuánto consumirá. Si las preferencias temporales de la gente deberían caer, es decir si cae su grado de preferencia por el presente sobre el futuro, entonces la gente tenderá ahora a consumir menos y a ahorrar e invertir más; al mismo tiempo, y por la misma razón, también caerá el tipo de interés, el tipo de descuento temporal. El crecimiento económico se produce en buena parte como resultado de las menores tasas de preferencia temporal, lo que lleva a un aumento en la proporción de ahorro e inversión respecto del consumo y asimismo a una caída en el tipo de interés.
¿Pero qué pasa cuando el cae el tipo de interés, no por menores preferencias temporales y más ahorro, sino por la interferencia pública que promueve la expansión del crédito bancario?
Si el tipo de interés cae artificialmente debido a la intervención en lugar de naturalmente, como resultado de cambios en las valoraciones y preferencias del público consumidor. Asi comienzas las distorsiones en los costos y los precios relativos y por ende las malas inversiones que son las que luego explotaran cuando la burbuja se rompa. Los hombres de negocios, al ver caer el tipo de interés, reaccionan como siempre harían y deberían hacer ante un cambio así en las señales del mercado: invierten más en bienes de capital y producción. Las inversiones, particularmente en proyectos largos y que consumen tiempo, que antes no parecían rentables ahora sí lo parecen a causa de la caída en las cargas de intereses. En resumen, los hombres de negocios reaccionan como lo harían si hubieran aumentado realmente los ahorros: expanden su inversión en equipamiento duradero, en bienes de capital, en materias primas industriales, en construcción, en comparación con su producción directa de bienes de consumo.
En resumen, los negocios toman prestado el recientemente expandido dinero bancario que les llega a tasas de intereses más baratos, utilizan ese dinero para invertir en bienes de capital y este dinero acaba usándose en renta inmobiliarias más altas y salarios más elevados para trabajadores en los sectores de bienes de capital. El incremento en la demanda empresarial empuja al alza los costos laborales (salarios), pero las empresas piensan que pueden pagarlos porque han sido engañadas por la intervención de gobierno y bancos en el mercado de los préstamos y su intromisión decisivamente importante en la señal del tipo de interés del mercado. El problema se produce tan pronto como trabajadores y terratenientes (en buena parte los primeros, ya que la mayoría de los ingresos empresariales se utilizan en los salarios) empiezan a gastar el nuevo dinero bancario que han recibido en forma de salarios más elevados. Como las preferencias temporales del público en realidad no han disminuido, la gente no quiere ahorrar más de lo que tiene. Así que los trabajadores se dedican a consumir la mayoría de su nueva renta, en pocas palabras, para restablecer las antiguas proporciones de consumo/ahorro. Esto significa que redirigen el gasto de nuevo a sectores de bienes de consumo y no ahorran e invierten lo bastante como para comprar las máquinas recién fabricadas, equipamientos de capital, materias primas industriales, etc. Ocurre entonces, que se revela que la sociedad no estaba demandando bienes de capital, sino de consumo y ahora todas estas inversiones realizadas a tasas bajas no tienen demanda, simplemente porque la sociedad no tiene el dinero ahorrado para comprarlas, ya que nunca quiso ahorrar, sino que quería consumir en el presente. Las empresas han sido seducidas por la intromisión gubernamental y la rebaja artificial del tipo de interés y actuaron como si hubiera disponibles más ahorro para invertir de los que había realmente. Quedó claro que no había suficientes ahorros como para comprar todos los bienes de producción y que las empresas habían invertido mal los limitados ahorros disponibles. Las empresas habían sobre-invertido en bienes de capital e sub-invertido en productos de consumo.
Como dijimos, el auge inflacionista lleva a distorsiones en el sistema de precios y producción. Los precios de la mano de obra y las materias primas en los sectores de bienes de capital han aumentado durante el auge demasiado como para ser rentables una vez que los consumidores hayan reafirmado sus antiguas preferencias de consumo/inversión. La “depresión” se ve entonces como la fase necesaria y saludable por la que la economía de mercado se exfolia y liquida las inversiones insensatas y antieconómicas del auge y restablece aquellas proporciones entre consumo e inversión que son las realmente deseadas por los consumidores, es un proceso doloroso, pero necesario por el que el libre mercado exfolia los excesos y errores del auge y restablece a la economía de mercado en su función de servicio eficiente a la masa de consumidores. Es en este momento donde la economía empieza a sanearse donde caen los precios de los factores de producción, aumenta el desempleo, ya que la falta de demanda en los proyectos mal invertidos hacen que estos cierren y se despida la gente.
¿Por qué duran tantos años los procesos de auge? los auges serían de muy corta duración si la expansión del crédito bancario y consiguiente impulso a la baja de tipo de interés por debajo del nivel del libre mercado fueran cosa de un solo golpe. Pero ocurre que la expansión del crédito no es un solo golpe: procede una y otra vez, no dando nunca a los consumidores la posibilidad de restablecer sus proporciones preferidas en consumo y ahorro, no permitiendo nunca que el aumento en los costes en los sectores de bienes de capital se ajusten al aumento inflacionista en los precios.
¿Cuál es la solución? En principio seria evitar la expansión crediticia o la mal llamada creación secundaria del dinero. Pero esto lo veremos en otros resúmenes.

Referencias:
Von Mises, L. (1949): “Human Action”, New Haven, Connecticut, Yale University Press.
Von Mises, L. (1912): “The theory of money and Credit”, Auburn, Mises Inst.
Rothbard, M. (1969): “Economic Depressions: Their cause & cure”, Auburn, Mises Inst


domingo, 20 de enero de 2013

¿Y que hacemos con los inmigrantes? - parte 2

La apreciación de Ignacio me dejó pensando en un concepto que estudié hace algunos años llamado la Teoría Sistémica de las Organizaciones. Básicamente la idea es ver a cualquier conjunto de individuos como un sistema, es decir, partes interconectadas que actúan recíprocamente con relaciones de causa y efecto. Al estudiar un grupo en particular, uno podría asimilarlo a cualquier otro sistema conocido (el cuerpo humano viene rápida y fácilmente como ejemplo) y de inmediato comienzan a surgir parecidos que nos muestran patrones comunes de funcionamiento. Estas similitudes no terminan en la lógica de funcionamiento, sino que aplican también a las fortalezas, debilidades y muchas cualidades en general. Una cualidad generalmente presente en los sistemas es la homeostasis. La homeostasis es la tendencia de un sistema a retomar el equilibrio. Cuando uno altera el orden, las partes buscan nuevamente organizarse y restablecerse. Este "punto de equilibrio" que buscan, no necesariamente debe ser el mismo que existía antes de la disrupción, simplemente debe ser estable y sostenible. Es así que muchos sistemas aprenden luego de sucesivas disrupciones del equilibrio, volviéndose adaptables. Pero qué tan adaptables? Hay ocasiones en que el orden se altera en tal medida que no puede ser restablecido. El cuerpo humano, por ejemplo, puede fácilmente recuperarse algunas enfermedades pero hay otras que superan su ampliamente su capacidad de adaptación.
Como ya vimos las partes integrantes del sistema son perfectamente capaces de vivir en armonía. Las disrupciones generalmente vienen del exterior. Son estímulos provenientes de partes no integrantes del sistema original (lo que no invalida la posibilidad que integren el sistema en un futuro). Si el efecto que provoca el estímulo externo es leve, el sistema podrá fácilmente adaptarse e incorporarlo en la ecuación necesaria para alcanzar nuevamente el equilibrio. Cuando el efecto que provoca este estímulo externo es mayor, el esfuerzo adaptativo será proporcionalmente igual pero generalmente los resultados finales serán los mismos. Sin embargo, en un caso extremo, si el efecto fuera tal que significara una disrupción de magnitud suficiente para superar la capacidad adaptativa del sistema, esto provocará una reacción masiva de rechazo, siendo la única forma de asegurar la supervivencia del sistema (que como toda cosa viviente tiene el objetivo primordial de seguir viviendo).

En un ejemplo más práctico, nuestro cuerpo consta de un delicado balance entre diversas clases de bacterias. Supongamos que una persona se lastima y no trata la herida adecuadamente. Su herida podría ser puerta de entrada para alguna bacteria, es decir, se podría infectar. Esta bacteria vendría a ser un nuevo jugador y alteraría solamente con su existencia el balance. En un caso leve la zona solamente se enrojecería, el sistema inmunológico enviaría glóbulos blancos a través del torrente sanguíneo para contener la infección. Los glóbulos blancos se adaptarían a la bacteria, incluyéndola en su lógica de funcionamiento y/o generando anticuerpos específicos. El equilibrio se restablecería, solamente que ahora el cuerpo "sabría" como tratar un caso similar en el futuro.

Ahora, si la bacteria se reprodujera más rápido, o la herida fuera de un tamaño mucho mayor, en fin si el estímulo excediera la capacidad de respuesta del sistema inmunológico esto llamaría a medidas más drásticas. Inicialmente, concentraría los glóbulos blancos en la zona en cuestión para intentar crear una barrear. Luego, el cuerpo en su conjunto elevaría su temperatura para crear un escenario menos propicio para el agente externo. Si el estímulo externo cede, se podrá retomar el equilibrio. Caso contrario, no habrá equilibrio que retomar.

Este ejemplo se utiliza mucho a la hora de analizar los cambios culturales en las empresas. Cuánto cambio puede soportar una organización en un momento dado? En qué medida se puede influir una cultura antes de llegar a reemplazarla o destruirla?

Lo mismo sucede con los países, especialmente con países abiertos a la inmigración como puede ser Australia. Desde mi llegada pude observar un nivel de apertura muy grande para con las otras culturas. Australia, particularmente New South Wales, especialmente Sydney debe ser uno de los lugares más multiculturales del planeta. Es asombroso como personas de diversas partes del mundo pueden coexistir manteniendo intactas la mayoría de sus costumbres sin ningún tipo de llamado social a "homogeneizarse". Alguna vez conversando con Ignacio llegamos a la conclusión que USA recibe a los inmigrantes para que vivan "el sueño americano" mientras que Australia los recibe tal cual son para que vengan a hacer realidad sus sueños.

Con la Teoría Sistémica de las Organizaciones en la cabeza no pude evitar preguntarme cuál es el límite de la capacidad adaptativa de esta cultura. Un país que viene aceptando inmigrantes en forma creciente desde hace algo más de 30 años, cuánto tiempo más puede continuar de esa forma sin perder su identidad?

El caso es quizá un poco más complejo, porque los análisis indican que Australia necesita la inmigración para continuar su crecimiento. Australia carece actualmente de la totalidad de trabajadores que necesitará en los próximos años. El inmigrante no solo viene a agregar un jugador a la ecuación de equilibrio sino que es una pieza fundamental en el equilibrio que se busca obtener.

Lo que busco expresar es que es entendible que, como sistema, una sociedad muestre casos aislados de rechazo ante un intercambio cada vez más frecuente y numeroso con agentes externos. Se trata simplemente de la respuesta inicial de ciertas partes del sistema ante la posibilidad que el estímulo externo sobrepase la capacidad de adaptación (si no del sistema en su conjunto, al menos de esas partes en cuestión). Es asombroso que un sistema pueda absorber la cantidad de estímulos externos tal y como lo viene haciendo Australia en las últimas décadas y todavía seguir abierto a ellos.

martes, 1 de enero de 2013

¿Y que hacemos con los inmigrantes?


En vísperas de año de nuevo presencie un hecho de racismo que llamo mucho mi atención. Realmente creía que Australia estaba exenta de estas actitudes. La acción quedo grabada en mi cabeza y me gustaría discutirla con uds.

Resulta que me encontraba en una larga fila y con una hora de espera tras unas vallas esperando para entrar a ver los fuegos artificiales que la ciudad de Sydney prepara para despedir el año, cuando un grupo de Australianos empezaron a gritar para que nos abrieran las puertas y nos dejaran pasar. En eso se acerca la gente de seguridad (en su mayoría extranjeros, de origen de árabe y africanos), encargada de custodiar el evento y nos informa que no iban a abrir las puertas debido a que la capacidad del lugar estaba completa. En eso uno de los australianos (de origen claramente anglosajón) se acerca a las vallas e insiste en que lo dejen pasar y comienza a discutir a los gritos con un agente de seguridad.

Hasta aquí era una situación tensa pero entendible. El hecho de discriminación ocurrió cuando el australiano le grita la persona de seguridad “Por qué no te vas a hacer este trabajo a tu país y me dejas pasar?” Con esto se refería a que el tenia derechos a pasar a presenciar el espectáculo y ningún extranjero se lo podía impedir. El empleado de seguridad se puso muy nervioso y le contesto gritando “Australia es mi país”, seguido a eso se escucharon carcajadas y burlas del resto de los anglosajones que presenciaban la discusión. El hecho termina en que el agente de seguridad es asistido y retirado por sus otros compañeros de trabajo ya que había entrado en un ataque de nervios y había sido lastimado (emocionalmente). Un dato curioso, había policías presenciando el hecho y no solo no hicieron nada, sino que también se rieron ante la respuesta del empleado de seguridad.

No hay duda de que el hecho es repudiable, nadie tiene derecho a herir a otra persona de esa manera. Creo que este punto no es discutible, el empleado de seguridad estaba haciendo su trabajo y no tenía por qué ser agredido. Aunque alguien discrepe con la interpretación personal sobre su nacionalidad no hay derecho a atacarlo.

Ahora bien, lo quisiera discutir es sobre las concepción de la migración y las nacionalidades. Si analizamos la tradición liberal, la misma sugiere que todos somos ciudadanos del mundo y que cado individuo tiene derecho a vivir en el país que quisiese sin importar la nacionalidad o religión. O sea, la aldea global, siendo que es ridículo que la tierra cambie de nombre tras una línea imaginaria (las fronteras).

Por otro lado los conservadores sugieren que cada país forjo una serie instituciones (entiéndase costumbres) a través de varias generaciones que identifican a su población y que les da identidad. En este sentido son más reticentes a recibir extranjeros ya que los mismos destruirían (a priori) estas instituciones y así la identidad de un país. Por eso son muy importantes las generaciones que una persona lleva en su país (ya que este es el medio de transmitir y entender estas instituciones)

También están los socialistas, quienes interpretan que la inmigración se debe basar en políticas que apunten al bien común. Así, únicamente si el ingreso de inmigrantes favorece a la sociedad en su conjunto, la apertura migratoria es una buena medida. No importa la situación individual de los inmigrantes. Aquí las personas son medios del “gran diseño” elaborado por estatistas. O en otras palabras una variable más de ajuste.

Creo que las tres posiciones son muy difíciles de rebatir, sobre todo las dos primeras. Personalmente me inclino por la tradición liberal, pero no dejo de reconocer que tanto los socialistas como los conservadores tienen un buen punto. Los liberales tienen la posición claramente más abierta. Permite a los individuos buscar su propia felicidad y creo es la única que tiene en cuenta a los inmigrantes, ya que en las otras posiciones estos están en función de la sociedad que los recibe.

Es cierto que los conservadores tienen derecho a defender sus instituciones y a que los inmigrantes las respeten. Creo que el problema está en el apriorismo, que considera que todos los inmigrantes (de antemano) van a dañar las costumbres forjadas por generaciones. Pero esto es discutible, de nuevo tienen un punto.

Finalmente los socialistas, tal vez extendería la palabra a intervencionistas, Buscan el bienestar común de su población, por eso es que los derechos de los inmigrantes están en función de la situación particular de la sociedad receptora. Así es que pueden favorecer o rechazar la inmigración. (Una típica posición socialista rechaza inmigración porque saca trabajo a los locales)

El problema es que en una sociedad conviven todas estas posiciones (y peor aún, estás pueden convivir en un mismo individuo) y el estado que impulsa estas medidas no representa la totalidad de la misma, muchas veces ni siquiera a la mayoría. Entonces, pregunto. ¿Tiene una sociedad la obligación de aceptar a los inmigrantes que su propio estado se dispone a recibir? 

POEMA CONJETURAL


El doctor Francisco Laprida, asesinado el día 22 de setiembre de 1829 por los montoneros de Aldao, piensa antes de morir:

Zumban las balas en la tarde última.
Hay viento y hay cenizas en el viento,
se dispersan el día y la batalla
deforme, y la victoria es de los otros.
Vencen los bárbaros, los gauchos vencen.

Yo, que estudié las leyes y los cánones,
yo, Francisco Narciso de Laprida,
cuya voz declaró la independencia
de estas crueles provincias, derrotado,
de sangre y de sudor manchado el rostro,
sin esperanza ni temor, perdido,
huyo hacia el Sur por arrabales últimos.

Como aquel capitán del Purgatorio
que, huyendo a pie y ensangrentando el llano,
fue cegado y tumbado por la muerte
donde un oscuro río pierde el nombre,
así habré de caer. Hoy es el término.

La noche lateral de los pantanos
me acecha y me demora. Oigo los cascos
de mi caliente muerte que me busca
con jinetes, con belfos y con lanzas.
Yo que anhelé ser otro, ser un hombre
de sentencias, de libros, de dictámenes
a cielo abierto yaceré entre ciénagas;
pero me endiosa el pecho inexplicable
un júbilo secreto. Al fin me encuentro
con mi destino sudamericano.

A esta ruinosa tarde me llevaba
el laberinto múltiple de pasos
que mis días tejieron desde un día
de la niñez. Al fin he descubierto
la recóndita clave de mis años,
la suerte de Francisco de Laprida,
la letra que faltaba, la perfecta
forma que supo Dios desde el principio.
En el espejo de esta noche alcanzo
mi insospechado rostro eterno. El círculo
se va a cerrar. Yo aguardo que así sea.

Pisan mis pies la sombra de las lanzas
que me buscan. Las befas de mi muerte,
los jinetes, las crines, los caballos,
se ciernen sobre mí... Ya el primer golpe,
ya el duro hierro que me raja el pecho,
el íntimo cuchillo en la garganta.

Jorge Luis Borges, 1943